Arteterapia

La disciplina del Arteterapia es una profesión que está reconocida por el Ministerio de la Salud e incorporada dentro del sistema socio-sanitario, con una larga trayectoria en diferentes partes del mundo, como: Inglaterra, Israel, Francia, Estados Unidos, Canadá entre otros países a mencionar. Es una disciplina que aúna aportaciones en psicología, arte, psiquiatría y psicología, entre otras, y abre nuevas posibilidades de actuación para los/as profesionales que se dediquen a las áreas de salud mental, servicios sociales, educación, el arte posibilitando la expresión plástica de conflictos internos, y permitiendo su posterior elaboración, especialmente cuando la palabra no está o no es suficiente.

¿De dónde viene el Arteterapia?

EEUU e Inglaterra han sido los pioneros. Durante la década de los treinta hasta los años sesenta, el Arteterapia comienza a construir su propia autonomía disciplinar, nutriéndose de una gran afluencia de enfoques pero al mismo tiempo, desvinculando progresivamente su práctica de la educación artística, la terapia ocupacional y del papel reduccionista otorgado a las actividades plásticas y creando un lugar propio como disciplina avalada tras las evidencias prácticas de mejora de las personas que lo practicaban en los diferentes ámbitos sociales, clínicos y psicoeducativos.
Primeros pasos a nivel profesional se caracterizaron por la acción de muchos/as artistas y profesores de educación artística por ofrecer sus servicios en ámbitos no educativos.

Posibles aplicaciones:

El Arteterapia puede aplicarse para diferentes ámbitos de la sociedad: educativo, social, clínico, y cultural. Dependiendo del área, institución o encuadre donde se enmarca y las características de las personas que participan (tiempo de duración y recursos), se adaptará los objetivos y niveles de intervención.
A continuación se aporta una breve descripción de los diferentes ámbitos de aplicación con fundamentación avalada por la literatura:

Ámbito educativo:

La relación entre el arte, jugar, la creatividad como herramienta para el aprendizaje y valor terapéutico ha sido ampliamente reconocido y avalado por numerosas investigaciones y educadores. Durante el I Congreso Mundial de Arteterapia (2003), celebrado en Budapest, se expresó la importancia de integrar la terapia artística dentro del sistema educativo del siglo XXI.
En los países donde el Arteterapia está reconocida como profesión se aplicar tanto en la educación formal: escuelas de primaria, secundaria y enseñanza especial, como en contextos educativos no formales: hospitales, clínicas para niños, centros de rehabilitación de menores, etc. El/la arteterapeuta está presente en la escuela junto a los/as educadores y el objetivo es el crecimiento cognitivo y emocional de los educadores.Las razones de incorporar el Arteterapia es entre otros factores porque el alumnado actual tiene distintos ritmos de aprendizaje, destrezas, aptitudes, grados de socialización, etc., que puede provocar la no superación de los objetivos consensuados si no se atiende a los mismos. El fracaso escolar puede generar baja autoestima, dificultades emocionales de integración y de comportamiento. Realidades que pueden convertirse en vías futuras de exclusión social.Otro factor a tener en cuenta donde el Arteterapia puede ser una herramienta muy útil en este campo de intervención, es el fenómeno multicultural que existe en las aulas, porque hay actualmente una gran cantidad de niños/as y adolescentes inmigrantes con distintos patrones culturales, un conocimiento de idioma deficiente, escasos recursos económicos y en algunos casos, la experiencia de situaciones dramáticas.

Ámbito clínico:

La Organización Mundial de la Salud (O.M.S) define la salud no como una mera ausencia de enfermedad sino como un estado de bienestar físico, psíquico y social. La salud es, un equilibrio entre estas facetas del ser humano; la enfermedad un bloqueo, interrupción o destrucción de ese flujo que mantiene en armonía del mundo interior y exterior de la persona. El Arteterapia en éste ámbito es un medio para mejorar la fisiología corporal, transformando la actitud mental de la persona hacía sí misma y los demás. En lo fisiológico, el Arteterapia induce el paso del estrés a la relajación, al repercutir en el sistema nervioso central, el equilibrio hormonal, los neurotransmisores y el sistema inmunológico.

La conexión de doble dirección cuerpo-cerebro-mente como proceso continuo y unitario está suficientemente demostrada. (Mora, 2002; Rubia, 2006). También la existencia de estímulos, entre los que se encuentran las actividades plásticas y visuales, puede favorecer los dispositivos curativos naturales, cambiando la fisiología corporal y la actitud mental de las personas, mediante la producción de endorfinas que actúan sobre el sistema inmunológico y protegen de la enfermedad. (Samuels y Rockwood, 2000; Rojas Marcos, 2006).

En lo mental, la creatividad cambia la actitud y el estado emocional ante la enfermedad y el dolor, enseñando a canalizar los sentimientos, enfrentándolos a la nueva situación.

Ya hemos hablado ampliamente sobre los beneficios del proceso creativo inherentes tanto a nivel terapéutico como a modo de cambio interno, entre otros recordar los beneficios para la construcción de la subjetividad, para crear espacios o un lugar al deseo propio, para crear puentes que posibiliten la inclusión del sí mismo como tejido de construcción y vinculación social, etc.

Como ya mencionamos en anteriores clases, un factor importante a subrayar es la posibilidad que ofrece la realización de actividades artísticas a modo de cambio de información celular.

Durante la realización de la obra plástica, el/la paciente mantiene un diálogo intuitivo y sensitivo con los materiales que van dando forma a su autoexpresión. La persona que consigue comprometerse con el acto de crear, aglutina con inmediatez concentración e introspección. En esta situación, la atención está completamente absorbida por la actividad y ya no queda energía psíquica para procesar otras informaciones ajenas a la propia acción. El resultado es lo que Csikszentmihalyi (1996) denomina “Experiencias óptima o de Flow”, un estado en el que la persona deja de ser consciente y es capaz de olvidar todos los aspectos desagradables de la vida. La conciencia se ordena y la induce a la neguentropía psíquica. La felicidad, la fuerza o la actitud de fuerza están ligados a la neguentropía psíquica. Al dejar a un lado las preocupaciones la energía psíquica puede fluir libremente hacia cualquier pensamiento, produciéndose una armonización entre lo que sentimos, deseamos y pensamos, proporcionando un sentimiento de más fuerza de lo normal, ampliando el funcionamiento pleno entre el cuerpo y la mente.

El momento presente se vive con más intensidad. Canal (2007) comenta que cuando se está inmerso en procesos creativos, el presente se vive de una manera directa. Vivir el presente es algo tan simple y tan complicado que hace que cambie toda nuestra información celular, porque así la mente racional deja de ser la privilegiada en la estructura y organización de nuestra vida. La persona exterioriza lo que tiene presente en ese instante, le va dando forma real a sus apegos, inquietudes, miedos, angustias, etc., beneficiándose de la oportunidad de poder congelar ese momento justo y trabajar sobre el mismo sin que se olvide como ocurre con las palabras. La continua estimulación sensorial, fruto de la manipulación de diversas formas, colores, texturas, olores, sonidos, etc., permite establecer nuevas conexiones neuronales y aumentar la eficiencia cerebral. La información recibida durante el proceso creativo se irá, poco a poco, elaborando e integrando, a posteriori, con la ayuda del/la arteterapeuta atento a cada instante de la escena. Cuando las personas concluyen su obra, las indagaciones y reflexiones personales surgidas durante todo el transcurro se comparten con el/la arteterapeuta, visual y verbalmente. Varios niveles de comunicación interactúan con la finalidad de descubrir los problemas que pueden estar interfiriendo en el bienestar del paciente. La combinación de los medios plásticos y visuales, los gestos, los movimientos y el discurso verbal, aportan cualidades únicas a las formas interpersonales de ayuda, ya que una imagen puede dar paso a la palabra y la palabra, a su vez, evocar una imagen.

Ámbito Social:

El Arteterapia supone una herramienta muy adecuada para responder a exigencias sociales actuales como la de poder tener la capacidad de estar en reciclaje continuo, acorde con las necesidades generalizadas por los cambios sufridos en las últimas décadas: Global ización, Multiculturalidad, etc.

Como referenciamos en la clase anterior, el Arteterapia facilita un encuadre estable, con la capacidad de adaptar activamente (Winnicott, 1971) sus servicios a un amplio espectro social o que sufren situaciones problemáticas como la violencia de género, la delincuencia, marginalidad, conflictos bélicos, etc.

La psicoterapeuta May (1974), Sennett (2003), Mmarinovic (1994) señalan que la creación artística puede ser una alternativa frente a sentimientos de impotencia, frustración interna y desencadenantes de violencia como mecanismo para llamar la atención, así como, fundamenta los beneficios también en el fortalecimiento de la autoestima, auto-respeto, refuerzo de comportamientos autónomos, sentido de autocontrol y toma de conciencia. Todos estos beneficios suponen pilares fundamentales que defiende el Arteterapia como herramienta la transformación y construcción social desde un enfoque holístico y humanizado.

En lo social, transforma la perspectiva y la manera de estar en el mundo, mejorando la comunicación y los vínculos con los demás.

 “La curación nos viene desde dentro: nuestros propios recursos curativos son liberados” (Samuels y Rockwood, 2000: 149).

Dentro del ámbito social una rama de intervención incluida son los ámbitos culturales.

Para ellos, el/la arteterapeuta debe de poder reconocer las características de los diferentes públicos que acuden a las diferentes instituciones culturales, su especificidad y categorización.

Comprender y valorar recursos didácticos elaborados por museos e instituciones culturales para los públicos con diferentes capacidades y adaptar el encuadre con un modo de actuación directivo, seleccionado los materiales, estrategias adecuadas que respondan a las características de la realidad que van a recibir dicho servicio.

Analizar dentro de los diferentes modelos metodológicos en el diseño y evaluación de programas educativos para públicos con necesidades educativas especiales en instituciones culturales nacionales e internacionales.

Tener presente y capacidad para facilitar el conocimiento de la realidad intercultural y el desarrollo de actitudes de respeto, tolerancia y solidaridad hacia los diferentes grupos sociales y culturales que acuden a los museos e instituciones culturales.

Promover los valores fundamentales del Arteterapia, y sus principios de un modelo basado en la inclusión social desde los museos e instituciones culturales.

Habilidad para reconocer, planificar, y desarrollar buenas prácticas de enseñanza aprendizaje que incluyan la atención a la diversidad del público de los museos e instituciones culturales.

Capacidad para analizar y evaluar programas y diseños educativos –nacionales e internacionales- generados desde los espacios no formales y orientados a la inclusión social.

Destreza para diseñar y elaborar materiales didácticos para trabajar en contextos no formales con la diversidad de público y capacidades diferenciadas.

Capacidad para desarrollar estrategias de observación y registro acordes con los objetivos y metodología propuestos, así como con las características del colectivo destinatario.